viernes, 15 de mayo de 2015

Comerse la Toscana!

Buenos días!!!

Cuánto tiempo!!! He estado súper desconectada, entre las vacaciones y que el día antes de marcharme me cargué mi pobre móvil pues he vivido casi dos semanas súper out! En el último post os dije que os iría informando a través de Instagram de los distintos rincones que fuéramos visitando, pero no pudo ser, así que ahora me quedan un montón de cosas por contaros.

Un viaje de una semana no da para un post da almenos para cinco así que he decidido que os iré contando un poquito por temas, así no os pasaréis dos horas leyendo lo que os quiero contar! ;)

Hoy empezaré con uno de los puntos más clave de nuestro viaje: la riquísima comida de la Toscana. Ya habíamos viajado antes por separado a Italia y la verdad es que no acertamos mucho con la comida. Supongo que es lo que pasa en todas partes; en las grandes ciudades o conoces muy bien los sitios donde comer bien y a buen precio o acabas en algún sitio caro y con pinta de acoger a todo turista que pase pero a ningún autóctono. Así pues no recuerdo comer muy variado ni en Roma, ni en Florencia ni en Venecia. A no ser como he dicho que vayas con alguien que sepa donde ir, ya que la segunda vez que estuve en Florencia fue visitando a una amiga que estaba allí de Erasmus y la ruta gastronómica fue mucho mejor.

Pero volviendo a la Toscana...como os conté nos alojamos en un agriturismo precioso y allí nos facilitaron una lista de restaurantes recomendados cerca para ir a cenar.

Os dejo con algunas de las delicias que nos encantaron:

La primera noche en la Toscana cenamos en uno de los restaurantes recomendados en el Agriturismo Amina. La Osteria La Botte en Vagliagli, de la que nos enamoramos! 

El pan venía aromatizado en una bolsa y las salsas eran geniales! Nunca había probado unos tomatitos cherry tan buenos!

Yo comí Ravioli al pesto, todo hecho de modo casero.

Marc se decantó más por la ternera!

El segundo día estuvimos en La Piccarda en Ponte a Bozzone a unos tres kilómetros del agriturismo. En una carretera estrecha y curiosa, en el trayecto de ida y vuelta nos encontramos: dos cervatillos, un conejo, un zorro y un erizo! Los menús solían estar en italiano e inglés y aún así en algunos sitios no lográbamos entender del todo lo que estábamos pidiendo. Marc pidió: "peposo de Chianina" sin saber para nada lo que pedía. Al final resultó ser un estupendo estofado de ternera que estaba de rechupete! Días después descubrimos que la Chianina es la ternera típica de la toscana, un bovino blanco que se ve que es el más grande del mundo!

Yo fui más sobre seguro en cuánto vi "pork" me lancé. Por cierto en italiano es "maiale" y la salsa estaba riquísima!

De postres me sorprendió mucho ver escrito en la carta "Crema Catalana" así tal cual y aunque no me gusta mucho tuve que pedirla. Estaba muy buena, aunque no era exactamente crema catalana!

Marc decidió que iba a probar todos los tiramisú de Italia para comprobar si lo hacían mejor que el mío! ;)

Y la última sorpresa nos la llevamos cuando al pedir " due limoncello" nos ofrecieron probar el "meloncello". Buenísimo y muy dulzón!

La última cena en la Toscana (el jueves) decidimos que íbamos a ir sobre seguro. Así que repetimos el restaurante del primer día! Al principio los propietarios no nos reconocieron, pero en cuanto se dieron cuenta ya todo fue un sinfín de amabilidad. Íbamos a pedir una ensalada de Buffala y el propietario nos recomendó la de la foto. Una explosión de sabores que nos encantó. Además super generoso nos trajo en un platito una buffala de regalo porqué le supo mal habernos hecho cambiar de opinión! 

Marc siguió con su investigación de la ternera italiana, esta vez en modo "galta".

Yo seguí mi camino por la pasta hecha a mano (DIY ;) ) y probé unos linguine a la carbonara para llorar de buenos!

Ya en Verona el propietario del B&B nos hizo una ruta gastronómica por la ciudad. Nos dijo que había un sitio muy curioso donde podías pedir un "gotto" de vino (blanco o negro) y que lo cobraban a 1€. Además tenían embutidos que cortaban al momento y te hacían estas estupendas tablas para compartir: prosciutto, salami, quesos variados, prosciutto crudo...todos buenísimos! Y después...CENA!!!

Suerte que el sitio que nos recomendó para cenar estaba cerca porque aquella noche llovía en Verona. Yo me pedí spaguetti al pomodoro e basilico. Me apetecía algo sencillo y clásico. La verdad es que la pasta "al dente" de Italia podría matar a un gato si pasara por allí! 

La única pega del sitio es que lo bonito hubiera sido cenar en la terracita con vistas a la Arena de Verona, pero al llover tuvimos que cenar en el interior. 

Para la primera comida, en Siena, nos decidimos por una opción económica y buenísima: Pizza al Taglio. Creo que comimos y bebimos los dos por 8€. Eso sí, sentados en una plaza intentando buscar una sombra!

Las raciones eran bastante generosas y si te quedabas con hambre siempre podías comprarte un helado y sentarte en la fantástica Piazza del Campo de Siena. 

El segundo día comimos en Arezzo, procurábamos que nos pillara la hora de comer en algún sitio un poco grande para que hubiera algo más de oferta. En este caso nos sentamos porqué los precios por plato no nos parecieron excesivos. En Italia hay que tener en cuenta que al final de la cuenta suman una cantidad concreta por persona; nosotros encontramos la más barata a 1,50€ y la más cara a 3,80€. Es algo que hay que tener en cuenta cuando estudias un sitio para elegir. 

En este caso nos llevamos también una sorpresa cuando el camarero nos informó de que había disponible un buffet libre con alimentos frescos a 7€ por persona. Tenían unos platos enormes y tu podías llenarlo de todo lo que quisieras por 7€. Fue una gran elección y el sitio se veía frecuentado por gente de allí, no solo turistas como nosotros. 

El último día de ruta estuvimos recorriendo la zona de Val d'Orcia. Concretamente comimos en Sant Quirico d'Orcia. De entrante un antipasti para compartir y media hora o más de reloj más tarde llegó el segundo...

Decidimos que al ser el último día que pasábamos en la Toscana debíamos probar la pasta típica de la zona: los Pici. Marc los probó al Ragú. 

Yo me decanté por una salsa que me había llamado la atención durante el viaje: "cacio e pepe", a base de queso toscano y pimienta. Me gustó porqué me dejó saborear mucho más la pasta hecha casera. Eso sí, nos llegamos a desesperar con lo lentos que llegaban a ser! Nos dio tiempo a que el Antipasti llegara a los pies antes de los Pici. 

Ya en Sirmione en el Lago di Garda pudimos disfrutar de una carta un poco más "marina". Hasta entonces en la Toscana el "pesce" que habíamos encontrado estaba muy caro y en Sirmione nos animamos. Primero compartimos un cóctel de gambas un tanto curioso y después Marc comió un delicioso Rissotto de marisco. 

Y yo no podía marcharme de Italia sin unos spaghetti a la vongole que tanto me gustan! Estaban deliciosos!

Bueno pues hasta aquí la ruta gastronómica por la Toscana... pronto os enseñaré los sitios bonitos que visitamos y puede que haga un post con algunas decoraciones que me llamaron la atención. Así en un par de post más habremos hecho un bonito recorrido por los distintos aspectos de la Toscana. 

Que paséis un feliz finde y esperemos que aplaque un poquito el calor que ayer por la noche estaba que no podía más conmigo! Que en mi pueblo esto no es normal para nada! 

Disfrutad mucho y si alguien conoce alguna receta toscana y quiere pasármela, yo encantada que me he traído un montón de souvenirs gastronómicos! 

Salud, amor y DIY!!!

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